martes, 15 de marzo de 2011

La Creación

La "Evolución" es un término que habla de un sólo organismo y este es "EL SER".
El Ser es el Universo, El Ser es el Alfa y Omega, es Dios y es el infinito. EL Ser es lo único que evoluciona porque todo y todos hacen y son parte del Ser.
Nada recorre el proceso evolutivo sin la directa asistencia del resto del Ser.

“No busques afuera, date la vuelta y explora tu Ser, porque en el Ser interior yace la verdad”. -San Agustín.
“En cada religión mayor hay referencias al "guía interno" en sus enseñanzas, el "Espíritu Crístico", el "Atman", el Dios interno”.  -Christine M. Comstock

LA CREACIÓN

Existe una teoría que dice que la tierra se formó hace 4.6 mil millones de años.  En los primeros 150 millones de años la tierra comenzó a enfriarse y a producir gases desde la litosfera, lo que creó la atmósfera primigenia del planeta.  Antes de la creación de esta atmósfera la radiación ultravioleta del sol hacía que la tierra fuera inhabitable. Pero mientras la tierra se enfriaba más y más, el agua se condensaba en la litosfera y el oxígeno se acumuló creando las condiciones apropiadas para los compuestos orgánicos. Esto generó organismos  unicelulares y luego la vida vegetal. Y con el tiempo, la cadena evolutiva continuó.  Pero luego encontramos una especie que no parece encajar bien con lo demás.  El periodo de nueve meses de gestación del Homo Sapiens refleja el proceso evolutivo de 3.8 billones de años de toda la vida en la tierra. El embrión humano repite el proceso evolutivo de todas las especies. 
Cuando el espermatozoide y el ovulo se unen,  esta nueva creación, es un organismo unicelular. En tan solo unas horas se divide y multiplica más rápidamente que cualquier otra especie.  Cuatro semanas después, el embrión empieza a desarrollar agallas, como la vida marina.  En otras pocas semanas desarrolla pulmones y una cola con apariencia reptil. Desde esta fase se puede reconocer a un mamífero y después una forma de primate. Luego muda su abrigo embrionario,  y por último, muestra las características de un niño humano.

El cuerpo humano es una comunidad de cerca de 50 millones de millones de células y todo lo que hace el cuerpo, es hecho por las células también: las células tienen sistemas de respiración, de eliminación de desechos, se alimentan, sienten, piensan y se comunican con otras células.

Un millón de millones de células conforman el organismo conocido como "Ser Humano", y miles de millones de humanos conforman el organismo que conocemos como "la tierra"

La tierra tiene más similitudes con el cuerpo humano de lo que pensábamos. La tierra tiene su propia generación electromagnética de la misma manera que el cuerpo humano. Las investigaciones han demostrado que una corriente eléctrica viaja a través de todas las células del sistema nervioso en el cuerpo humano. Los caminos que esta corriente eléctrica sigue son llamados "Meridianos Energéticos" y han sido conocidos por la práctica de la acupuntura por al menos 2000 años.
La noción de los "caminos del dragón" o las líneas "Ley" en la superficie del planeta, es incluso más antigua, y sobre estas líneas fueron erigidas las estructuras, monolitos y monumentos prehistóricos, creando los meridianos energéticos de la tierra.  Estos meridianos energéticos son creados por las frecuencias resonantes de la tierra que fueron llamadas las "Ondas Schumann".
Cada cuerpo planetario tiene su propio grupo de frecuencias resonantes, el cual es determinado por su circunferencia y diámetro, también como por la velocidad de traslación y rotación.

La frecuencia resonante del planeta Tierra comienza en 7.83 Hercios y termina en su séptima nota armónica, en 43.2 hercios lo que es análogo con los siete chacras en el cuerpo humano.  Y para terminar, el más grande descubrimiento sobre nuestro planeta es su "consciencia". Un atributo visible de la consciencia es el campo energético que gobierna la forma de los organismos.
La "Morfogénesis" es un término científico que explica este proceso que le da forma a los tejidos, órganos e incluso organismo completos. La consciencia es la fuerza creativa del universo entero. A esta consciencia se le ha llamado de numerosas maneras, incluyendo "Dios", Jehová, Krishna, "La Naturaleza", "El Cosmos", y la divinidad. De hecho, el universo entero es un sólo organismo consciente y viviente. Con completo conocimiento de su propia existencia.

La razón por la cual este concepto puede ser tan difícil de comprender es porque nuestro entendimiento es usualmente limitado por nuestro lenguaje.
Cuando escuchamos el término "Organismo Consciente" tendemos a creer que se trata de un ser humanoide y le damos cualidades humanas.
Equivocadamente olvidamos lo que "organismo" significa en principio:  "Cualquier ser que puede responder a un estímulo, se reproduce, crece, se desarrolla y se mantiene como un todo en equilibrio."

Nuestro universo cumple con todos esos requisitos. La consciencia cósmica es responsable de las formas y propósitos manifiestos en la materia. Las frecuencias resonantes del planeta son un resultado de este proceso. Estas frecuencias son responsables de todos los ciclos biológicos como la menstruación y los ritmos  circadianos, como también en los patrones emocionales y de comportamiento. Esas frecuencias son entonces reflejadas por la flora y la fauna, los cuales son instrumentos biológicos que responden a los patrones de onda. Estas oscilaciones también reverberan en la estructura craneal de nuestra cabeza y convergen en el centro de nuestro cerebro que es donde encontramos la glándula pineal.

La glándula pineal era conocida por muchas culturas antiguas, las cuales creían que era el "Tercer Ojo" espiritual de la intuición. Descartes la llamaba "el asiento del alma", donde la mente y el cuerpo se unen.
Cada célula individual de nuestro cuerpo recibe impulsos electromagnéticos desde nuestro sistema nervioso central. Ellas reciben los mismos impulsos que fueron transmitidos para cada instrumento biológico (ser orgánico) de la Tierra.

Varias explicaciones para el "Cosmos Consciente" han sido presentadas desde las religiones, las ciencias y las filosofías. La desconexión de cualquier organismo con la naturaleza que lo rodea causa "ENFERMEDAD". Un divorcio con la naturaleza, un exilio del edén, una "confusión de las lenguas". Todos son síntomas de alejamiento, no de una deidad bíblica particular sino del verdadero Ser. La más grande amenaza en contra de los  organismos conscientes es la pérdida del verdadero Ser, la muerte de nuestra naturaleza divina.
Mientras navegamos a través de la historia, a través de océanos de información encontramos muy pocas veces una sola gota de verdadera sabiduría. Tenemos que entender como perdimos a nuestro verdadero Ser.

MITOS

En los textos sagrados y en las escrituras antiguas dejadas por nuestros ancestros encontramos un increíble vínculo entre los mitos de la creación, una gran inundación, la guerra de los dioses, el mesías que muere por los pecados del hombre. Las profecías del fin de los tiempos y personajes similares.
Estas correlaciones se manifiestan en mitos de culturas que se supone, no tenían ningún contacto entre ellas, dada la distancia que las separaba de tiempo y lugar.
Un hilo común manifiesto que une todas las mitologías tiene su raíz en las estrellas. Una de las crónicas más reveladoras es la batalla entre los dioses del cielo, y el consecuente “diluvio universal”.
En la Biblia, "Lucifer" desafió al "Señor" y fue lanzado al "abismo", es decir, a la tierra. En el mito de creación de Anuma Alish encontramos una historia muy similar donde "Tiamat" es derrotado por "Marduk" y lanzado al abismo de Absu, con lo que las aguas de Absu y las de Tiamat fueron mezcladas. Lo que quiere decir que las aguas caóticas de Tiamat, se mezclaron de alguna manera con el agua dulce del Absu. Absu era el dios Sumerio-Acadio del abismo subterráneo. Tiamat también era conocido como "Lucifer" y representado como una serpiente o un dragón que fue derrotada por “Marduk”. Marduk fue el padre de "Nibo", o Mercurio. Y mercurio es el mismo personaje mitológico conocido como el Mitra del zoroastrismo, el Hermes de Egipto y el "Christos" gnóstico. La más reciente versión de Mercurio, sin embargo es el arcángel Miguel de la Biblia quién derrotó a Lucifer y lo envió al abismo de la tierra o el infierno.
Esta historia es representada astrológicamente en la Biblia, y en muchas otras escrituras antiguas. Esto nos lleva a un evento histórico que es reconocido por muchos investigadores como un trastorno cósmico o el diluvio universal.

William Comyns Beaumont dice: “El diluvio inmortaliza la colisión de un planeta caído, que después fue conocido como Satán y que, de hecho, fue un cometa que cayó al planeta.”

Consideremos lo que esto significaría: Él propone que un cometa, que más tarde fue conocido como "Satán",  cayó en la tierra, creando el diluvio, que es descrito en la biblia y en otros mitos.  Lucifer o Tiamat era un planeta conocido en las culturas antiguas como el “brillante”. El dragón del las aguas caóticas saladas. La luz solar iluminaba el agua del planeta, lo que le daba un brillo que rivalizaba con la luz del mismísimo sol. De ahí viene la idea de su rivalidad con el Señor. El señor, en este caso, es el Sol, el cual sostiene y le da calor al planeta Tierra. El planeta Tiamat, o Lucifer, fue destruido en un cataclismo que lanzó el agua del planeta al "abismo" de la tierra. El libro de Enoc revela: “Contemplen, una estrella cayó del cielo y cuando cayó en la Tierra vi cómo fue tragada por un gran abismo”.
El mito de los nativos Ute dice: “El sol se estremeció en mil pedazos que cayeron en la tierra causando una gran conflagración, entonces los TA-WATS huyeron ante la destrucción que él trajo y mientras él huía, la tierra consumió sus pies, piernas, cuerpo, manos y brazos hasta que, hinchado de calor, los ojos del dios explotaron y las lágrimas brotaron en un diluvio extendido por toda la tierra, extinguiendo el fuego”.

Este mito recuerda al de la traducción de los “Anuma Alish” hecha por Stephanie Dalley en su libro Mito de Mesopotamia, en el cual explica que los ojos de Tiamat se convirtieron en la fuente del los ríos Tigris y Éufrates.
O como está escrito en el libro del Apocalipsis: "Y hubo una guerra en el cielo. Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón,  y el dragón, con sus ángeles, respondió. El gran dragón fue lanzado al abismo, esa serpiente llamada el diablo o Satán, quien lleva al mundo a su perdición, él fue lanzado a la tierra"
Ovidio nos da la historia del mitológico Faetón. Que no es más que otro nombre para el acuático planeta "Lucifer" o Tiamat. La historia cuenta que Faetón era un hijo del Sol quién quería convertirse en el Sol por un día. Faetón trató de hacerlo y eventualmente Jovi, también conocido como Marduk destruyó a Faetón y lanzándolo a la tierra en llamas fue apagado por una enorme inundación de un río no existente hasta el momento.

El tema en común que encontramos es el de un planeta de agua salada. El Gran Dragón, "Lucifer", "Tiamat", Faetón" que fue derrotado, cayó a la tierra y ahora habita el abismo, conocido como el infierno, dándonos el perfil de la historia de Lucifer, levantándose en contra del señor (Sol) y que después de ser derrotado fue desterrado al inframundo.

Pero como ya sabemos un perfil es lo más resumido de una historia. El sentido interno, el espíritu del mito tiene un sentido profundo que en este caso habla de la esencia de cada planeta.  No simplemente el planeta físico, sino su centro consciente.
Ahora sabemos que las proporciones y velocidad de un planeta le dan sus propias frecuencias características, las cuales gobiernan los patrones biológicos y de conducta en la vida en ese planeta. Los planetas reflejan los arquetipos psicológicos que experimenta el hombre.

En la antigüedad el estudio más importante era probablemente el relativo a los "cielos".
Los cuerpos celestes y sus movimientos en el cielo eran relacionados, simbólicamente, con las facultades de la consciencia humana y dentro de todos los organismos.
La ciencia cerrada sólo explica el mundo físico a través de los cinco sentidos. Sólo en las religiones esotéricas, el misticismo y la ciencia cuántica encontramos explicaciones tentativas de cómo los pensamientos y emociones hacen parte del mundo perceptible.
También se sabe que la humanidad es una comunidad de células dentro del organismo que llamamos "Tierra". La Tierra, entonces, es un organismo superior que nos da forma y función. Este organismo superior y los demás planetas, son gobernados por la  consciencia, de la misma manera que los seres humanos.
Entonces, la creencia newtoniana de que los cuerpos celestes no son más que esferas sin vida flotando en el espacio, equivale a decir que los seres humanos no son más que una serie de órganos que tienen la capacidad de moverse.
Sabemos que esto no es cierto porque sentimos, pensamos, y más aún, vemos los resultados de nuestra consciencia al crear lo que llamamos "la Vida".
Platón Escribió:
“Este mundo es un ser viviente dotado de alma e inteligencia. Una entidad viva particular, que contiene todas las otras entidades vivas, las cuales por su propia naturaleza, están relacionadas directamente. Más aún, el cosmos es una sola criatura viva que contiene todas las criaturas vivas dentro de sí “.

En un artículo de la revista Sufi, un escritor dijo:  “El mundo es un ser espiritual, como lo sabían los filósofos antiguos y los alquimistas, que se referían a la esencia espiritual del mundo como el "Anima Mundi", el alma del mundo”.

En las antiguas escrituras se dice que los ángeles guían las acciones de la gente a través del alma, o que "los dioses" tienen influencias sobre los hombres.
La mayoría de las enseñanzas científicas y espirituales explican que las jerarquías de los dioses, ángeles, arcángeles, principados, hasta llegar a los querubines y serafines, son las jerarquías dentro de la psique humana.
De esta manera podemos entender que cuando los mitos antiguos y las escrituras sagradas hablan de la influencia espiritual de un ser superior, están hablando de fuerzas arquetípicas que son inherentes en nosotros, y no de una influencia completamente exterior.

Así es como comenzamos a ver la relevancia de la Astrología como una ciencia antigua que re-emergió en el siglo 19 y 20 bajo el nombre de "psicología".

Friedrich Nietzsche incluso llegó a decir: “Mientras creas que las estrellas son algo arriba de ti,  aún te hará falta un punto de vista de conocimiento”.

Esto es Astro-Psicología la cual traza las facultades internas de la psique.
En los tiempos anteriores al cristianismo había escuelas conocidas como escuelas o religiones "del misterio". Los mensajes codificados en las escrituras y la arqueología antigua, fueron producidos por discípulos de esas escuelas. Trataban de enseñar a los iniciados el sentido profundo de los mitos.
Lo que más tarde fue conocido como "Lucifer" "Satán" o el "Diablo", representaba lo que ahora se conoce como "el ego", que rivaliza con el "Señor",  y que representaba al verdadero “Ser”.
El verdadero Ser es el epicentro de toda la entidad individual. Es la suma total de todo lo que somos.
El ego falso, por otra parte, es la idea que creamos de nosotros a lo largo de la vida, la cual usualmente excluye cualquier aspecto que rechazamos de nosotros mismos.
Sin embargo, la humanidad ha sido dotada con la libertad para elegir entre escoger el verdadero Ser o rendirse a la tentación de la vanidad, el materialismo y el falso ser o "ego".
 Esto es lo más notable que separa al hombre del animal, gracias a nuestra libertad para elegir.
Podemos elegir entre seguir nuestros conceptos e ideas o nuestros impulsos naturales. Podemos elegir entre sostener la naturaleza o destruirla. Este libre albedrío caracteriza al organismo que llamamos "humanidad".

El cáncer comienza como un grupo de células, dentro de una comunidad, que fallan al tratar de comunicarse con la señal consciente del organismo. Estas células comienzan a crecer sin control y llegan a otras áreas del organismo. Esta misma enfermedad está presente en nuestro mundo actual. El cáncer de nuestro planeta es la dominación de nuestro falso ego y nuestro divorcio de la naturaleza. Colectivamente, entre todos nosotros, entre cada ser humano,  la vanidad lleva a la segregación y a la competencia. La competencia lleva al miedo y la avaricia. La avaricia lleva al engaño y la inmoralidad. Y la inmoralidad es la fuente de la enfermedad que lucha contra nuestro mundo.
Cada acción de odio y de destrucción en nuestro mundo comienza con el odio a sí mismo y la autodestrucción.  
Y todo eso comienza con un fallo de comunicación.

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